
Construimos el futuro
Queremos que nuestros estudiantes se desarrollen gracias a las actividades que tenemos tanto dentro como fuera del aula. La misión de la institución educativa Yahveh Nissi es crear un lugar donde los alumnos puedan sentirse libres, seguros y confiados para enfrentar todos los desafíos que se les presenten. Ofrecemos una gran variedad de oportunidades para ayudarles, de forma práctica y divertida, a convertirse en la mejor versión de ellos mismos.
Talleres
Arte

El arte fomenta en los niños la autoestima y la seguridad en sí mismos, lo que les preparara a enfrentar cualquier dificultad y en su camino hacia el éxito durante su crecimiento personal y profesional.
Música

La música influye positivamente en el desarrollo cognitivo, creativo, intelectual y psicológico de los niños, y estimula el hemisferio izquierdo del cerebro, el cual desarrolla el aprendizaje del lenguaje, la escritura, los números y el uso de la lógica.
Danza

La danza, tiene prioridad en los niños, el cuerpo y la mente recibirán aportes que reducen el estrés y los estados depresivos, incrementan la confianza y la autoestima, fortalecimiento del corazón, aumento de la energía, flexibilidad, resistencia y fuerza muscular.
Pastoral

La religión es el corazón de la escuela, propicia que todos los conocimientos y técnicas del resto de asignaturas descansen en una verdadera persona que los pondrá al servicio del bien y la salvación de los hombres, primando el mandamiento del amor.

Testimonios
Maravillosos testimonios de nuestros niños.
“Hoy quiero compartir con ustedes mis gratos recuerdos.
Mi nombre, hija de Jesús ustedes dirán Cómo? Sí, hija de Jesús, porque al llegar a mi querido colegio Yahveh Nissi con tan sólo tres años, yo no comprendía las cosas, no permitía que nadie me tocará y mucho menos vieran mi rostro pero gracias al amor, cariño y atenciones de todas las personas que allí trabajan yo mejore; con el pasar de los días poco a poco ese amor que mostraban y los maravillosos momentos de oración que compartíamos, sentí como fueron desapareciendo en mí todos esos temores. Pasaron los años y hoy me encuentro mucho mejor, puedo compartir con mis amigos, familiares y otras personas. Te preguntarás cuántos años tengo hoy, sólo siete años, en los cuales comprendí que el amor de Dios lo puede todo y el inmenso amor que recibí en mi querido colegio. Gracias por su paciencia, por ayudarme a creer que yo sí podía mejorar. ¡Gracias mi Dios bendito!”